Todos los medios se hacen eco de lo sucedido. Se vuelcan. En las noticias no se escatima en adjetivos para describir lo que han hecho esos hombres:
"Son un ejemplo de coraje, trabajo y constancia"
"David contra Goliath"
"Gran gesta"
"Sí se puede"
"Sois eternos"
"La historia se escribe latido a latido"
Se han escrito odas e himnos y se han cortado las calles para que circulen en procesión entre vítores y cantos de alabanza aunque NO, no son los soldados que vuelven de Afganistán ni es el Cristo de Medinaceli.
Miles de personas han pasado noches en vela esperando la llegada de sus héroes. Se les ha adorado como a dioses, ante la pétreo mirada de esos otros dioses..., aunque NO, no son inmortales, ni han venido del cielo para salvarnos.
A estas alturas ya todos sabréis de quienes hablo. Os diré de quienes NO hablo:
NO hablo de esos Voluntarios que atienden a los cada vez más numerosos necesitados de nuestra sociedad (con minúsculas).
NO me refiero a esos abuelos que sostienen con su pensión a familias enteras porque todos sus miembros están en paro.
NO son las víctimas del terrorismo o del maltrato, que siguen sufriendo la humillación tantos años después.
NO son los héroes que han encontrado un empleo en el último mes.
NO.
SÍ, son futbolistas.
Adoremos a los nuevos dioses:¡Ave César!
Gritemos bien alto:
¡Aupa Atleti!
¡Hala Madrid!
Dadnos más, ¡más opio para el pueblo!
El Aprendiz.
PD: Yo soy atlético. Disfruté con la victoria en La Liga y sufrí con la derrota en La Champions. Pero viendo lo visto... ¿No se nos está yendo todo esto de las manos?